La discalculia, que se define como la dificultad para realizar operaciones aritméticas, independientemente del nivel mental, de los métodos pedagógicos empleados, y de las perturbaciones afectivas. La realización incorrecta de la escritura de los números, los errores en las actividades de seriación y clasificación numérica o en las operaciones son características propias de los estudiantes con este tipo de trastorno. La discalculia está relacionada a su vez con problemas de lateralidad y sentido espacial (UNIR, 2011).
Entre las causas de la discalculia, podemos nombrar:
1. Lesiones cerebrales
2. Alteraciones neurológicas y de maduración.
3. Problemas de lateralidad, de memoria, de atención, y de dificultad en la adquisición de pensamiento abstracto y la psicomotricidad.
Los tipos de discalculia son:
1. Primaria: La dificultad está en el cálculo y va unido a una lesión cerebral.
2. Secundaria: Implica el uso incorrecto de los signos matemáticos lo que a su vez implica la realización errónea de operaciones.
3. Disaritmética: La dificultad para comprender el mecanismo de la numeración y de las operaciones básicas de sumar, restar, multiplicar y dividir, la memorización de vocabulario matemático, el conteo mental y resolución de problemas.
4. Espacial: Afecta a la ordenación espacial correcta de los números.
5. Verbal: Dificultad con el nombramiento y los términos matemáticos.
6. Léxica: Dificultad en la lectura de los signos y símbolos matemáticos.
7. Gráfica: Dificultad en la grafía de los números y signos.
8. Pratognóstica: Dificultad en la comparación de cantidades de forma manipulativa.
9. Idiognóstica: Dificultad asociada a la comprensión de conceptos y relaciones.
Pero ¿Cómo tratar la discalculia?
Para el mejor tratamiento de la discalculia, lo mejor es un trabajo conjunto entre la escuela y los padres. Se debe reforzar en casa el aprendizaje de los conceptos dados en el aula. Para ello, se puede recurrir a diversas actividades, como son:
1. Poner la mesa: Se debe dejar que la persona afectada reparta los platos, los cubiertos y las servilletas para reforzar la noción de correspondencia uno a uno.
2. Contar automóviles: Cuando se haga un trayecto se puede jugar a contar cuántos vehículos de un determinado color se encuentran en el trayecto. De esta forma se estimula la capacidad de hacer secuencias y recordar los números.
3. Buscar números al pasear: Mientras das un paseo pídele que busque todos los números que pueda encontrar. De esta forma ayudará a aprender las formas y las correspondencias de la grafía de los números con su valor.
4. Ayudar en la cocina y al hacer la compra: Al cocinar se puede pedir a la persona que ayude contando algunos ingredientes como frutas o verduras.
5. El dominó: Es un juego perfecto para practicar las asociaciones de números iguales y también se puede usar el dominó para otras actividades como realizar sumas o restas.
6. Los juegos de cartas: Jugar al solitario o a otros juegos ejercita distintas habilidades, como crear grupos del mismo número, formar escaleras o buscar las distintas combinaciones de números para obtener un número concreto.
7. El UNO: Otro juego en el que los números son protagonistas y que puede ayudar a reconocer mejor los números
En síntesis, el tratamiento consiste en la reeducación específica y en la adecuación curricular. Se debe trabajar, siempre en colaboración con la familia, en las áreas especificas del aprendizaje Como: Grafía de los números, correspondencia número-grafía y número-cantidad, memoria y atención, orientación espacial, conceptos de tamaño y longitud, series numéricas y clasificación de objetos.