En la actualidad, cuando se reflexiona sobre los juegos en el ámbito educativo, se tiende a imaginar que es muy fácil aplicar esta dinámica en el aula de clases, y a simple vista, puede ser entendida como una forma de diversión, entretenimiento, fiesta, distracción, entre otros. Pero, su importancia va mucho más allá. Existen diferentes teorías que plantean diversos criterios para mostrarse conforme esta actividad y, aunque es en la etapa de la infancia cuando se permite hacerlo con mayor libertad, es una actividad esencial para toda la Vida.
Es importante recordar, que las personas se desarrollan a través del movimiento, y el juego es una de las vías que permite liberar las tensiones emocionales y un sano desarrollo personal. Además, existen algunos criterios que responden a diferentes modos de entender la actividad y reflejan la complejidad de esta acción, los cuales son:
1. Es un juego cuando se produce placer al sujeto que realiza la actividad y le interesa más la acción que el resultado.
2. Cuando la meta de la acción, es decir, es el juego mismo y no el aprendizaje.
3. Cuando se ejercitan las funciones o capacidades del sujeto.
4. Cuando el propósito de jugar la diferencia de una actividad similar realizada como trabajo.
De acuerdo con el autor Cromwell (2000), existen etapas sociales del juego. Cada una de estas etapas tiene características que van acordes al desarrollo cognitivo de las personas, y estas son las siguientes:
1. Observador-participante: La persona observa mientras los otros juegan y hay momentos en que participa.
2. Solitario: La persona juega solo. Al jugar solo, puede ejercitar su lenguaje interno, concentrarse, ser creativo.
3. Paralelo: Las personas juegan juntos, pero no interactúan entre sí.
4. Asociativo: Las personas juegan uno al lado del otro, comparten materiales, juegan a lo mismo, pero no juegan de forma cooperativa.
5. Cooperativo: La persona juega en grupo, realiza esfuerzos por compartir, tomar turnos, negociar, representar roles.
6. Con reglas: Al tener niveles más altos de desarrollo cognitivo, la persona puede comprender, negociar y seguir las reglas específicas para un juego.
En síntesis, el juego es un proceso natural de aprendizaje para cualquier persona. Dentro del sistema educativo su potencial se encuentra subestimado. Resulta necesario, proveer oportunidades para utilizar este lenguaje, incluir actividades lúdicas en el currículo todo el tiempo sin importar el contenido curricular.