Actualmente, existe una interrogante a nivel mundial y es ¿CÓMO EDUCAR A LOS ESTUDIANTES QUE NO TIENEN ACCESO A INTERNET? Es pertinente recordar que en este caso no se puede hablar de una educación virtual porque los educandos no tienen acceso a internet, se habla es de educación a distancia.
La educcaion a distancia se define, de acuerdo con el autor King et al. (2001) como “la instrucción formal donde el tiempo / situación geográfica restringe el aprendizaje al no permitir el contacto en persona entre el estudiante y el instructor”. No obstante, este tipo de educación en la actualidad puede ser desarrollada en dos modalidades: síncrona y asíncrona. La sincrónica proporcionan posibilidades que permiten la interacción «en tiempo real» entre el estudiante-docente a través de la tecnología (teleconferencia, videoconferencia, chat en línea, entre otros). Y, la asincrónica no facilitan la interacción «en tiempo real» entre el estudiante-docente, sus actividades son realizadas a través de correspondencia, correo electrónico, mensajería de texto, dispositivos de almacenamiento, llamadas telefónicas, elementos multimedia e instrucción basada en web.
Por lo tanto, en Latinoamérica la educación a distancia varia. En las zonas rural el docente está fuertemente motivado a utilizar su propia creatividad para buscar una solución a sus inequidades y mejorar sus condiciones profesionales. Existen dos elementos fundamentales en el diseñar de cursos o programas de aprendizaje a distancia, y son: la flexibilidad y los tipos de aprendizaje.
A continuación, listaremos los puntos claves a la hora de la programación de educación a distancia:
- Ritmo.
- Módulos.
- Calendario.
- Trabajo colaborativo.
- Pruebas y tareas.
- Discusiones.
- Recursos.
En síntesis, la educación a distancia requiere de estrategias tales como:
- Envió de asignaciones o tareas vía correo postal, correo electrónico o mensajería instantánea.
- Textos impresos o digitales con facilitadores de aprendizaje.
- Tutorías ya sea a través de videoconferencia, multimedia, llamadas telefónicas, mensajería instantánea o impresas.
- Apoyo académico vía telefónica, correo electrónico o mensajería instantánea.
- Radiodifusión.
- Incorporación de la televisión en sus practica pedagógica.
- Programar el curso y guardarlo en la nube, imprimirlo o resguardarlo en dispositivos de almacenamiento para hacerlo llegar a los estudiantes.