En la actualidad, es muy empleada en el ámbito educativo la palabra emprendimiento, la misma proviene del francés entrepreneur que significa pionero. De acuerdo con los autores Fayolle, Gailly & Lassas-Clerc (2006), el emprendimiento tiene dos aspectos. Por un lado, hace referencia a la creación de nuevas empresas y/o empleo. Y, por otro lado, al espíritu emprendedor.
De acuerdo con la Comisión Europea (2008) el emprendimiento es la capacidad de transformar las ideas en acción. Esta se reflexiona una competencia transversal y clave para todos los seres humanos, útil en todos los ámbitos de la vida, tanto personal, social como profesional. Y, para los autores Zabala y Arnau (2014) una competencia es “la capacidad para resolver problemas en cualquier situación y, especialmente, cuando se trata de situaciones nuevas o diferentes a las ya conocidas, y en diversos contextos de actuación” (p. 9).
Por lo tanto, se puede reflexionar que el emprendimiento es considerado una competencia indispensable en el ámbito educativo, el docente juega un rol fundamental en todas las etapas educativas y es por ello, que en tiempo de confinamiento el docente es llamado “teacherpreneur” un término en ingles que nace es de la combinación de docente y emprendedor. Para el autor Arruti (2013) los teacherpreneurs son aquellos docentes con pasión, seguros, flexibles, que rompen las reglas preestablecidas y cuentan con expertos en sus clases.
El docente debe promover la formación emprendedora en la educación digital. No obstante, la mayoría de las veces este tipo de instrucción no ocurre, por el uso o implementación de los métodos tradicionales, también conocidos como métodos pasivos. En el momento presente, se hace necesario redefinir las metodologías de enseñanza dado que el empleo de las metodologías tradicionales, unidireccionales y pasivas están obsoletas.
En síntesis, el docente en tiempo de confinamiento debe reevaluar su práctica pedagógica, para que se convierta en un teacherpreneurs. Es preciso un cambio metodológico para extraer el máximo rendimiento de los estudiantes. Por consiguiente, se debe utilizar las metodologías activas donde el estudiante adopte un papel activo, participativo dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Pon ende, en este tipo de formación el estudiante es el protagonista y el docente el guía, asesor y/o facilitador, de lo contrario los alumnos difícilmente podrán desarrollar las competencias emprendedoras.