Históricamente, cuando las personas necesitaban entender algo, buscaban la fisicamente de un lugar a otro. Las bibliotecas durante siglos han actuado como puntos de agregación de medios, que eran intelectuales, culturales y funcionaban como polos de información. Las bibliotecas comprimieron la actividad necesaria para recuperar información. Los periódicos diarios eran lo más cercano que llegaba la corriente principal a la recopilación de medios pasivos: cada día aparecían páginas de noticias y datos a su paso.
Internet ha cambiado las cosas desde su aparición, ofreciendo bibliotecas virtuales y acceso al alcance de la información humana colectiva. Y dio acceso no solo desde un computador, sino también desde teléfonos y dispositivos de juego. Si considera el crecimiento de Internet no como una causa, sino como un efecto, entonces Internet en sí es simplemente un intermediario de cómo las personas se conectan a la información y entre sí. Pero, en el momento actual, existe otro cambio que es causado por los sistemas y formas de información digitales modernos: hoy, la información se está volviendo infinitamente plural. Se empaqueta y se vuelve a empaquetar, se fragmenta y se agrega, se divide en hebras y se sintetiza nuevamente en plataformas, dispositivos y aplicaciones de formas que son simplemente imposibles de comprender.
La insistencia en que los medios de comunicación son el mensaje continúa no simplemente resonando, sino entonando en un espectáculo vibrante. La forma en que accedemos a la información es cada vez más importante que la información en sí. La increíble diversidad de formas de información y la prevalencia de dispositivos construidos para acceder a esas formas cada vez más diversas está cambiando las interacciones sociales con hechos e ideas.
En sí mismo, este tipo de movimiento no hará a un individuo más inteligente ni a la sociedad más productiva. No obstante, dados los tipos correctos de necesidades de información y el tipo correcto de oportunidades auténticas para la aplicación de información que es constantemente accesible y consumible, de repente existe la oportunidad de mejorar realmente el planeta a través de formularios de datos altamente consumibles, tomando hechos en tiempo real, estadísticas y mejora de la interdependencia humana básica. Por lo tanto, la educación debe construir la base del hombre crítico, que analice la información y no la consuma tal como la observa. El docente desde las aulas debe fomentar el pensamiento crítico, desarrollar habilidades, conocimientos y actitudes necesarias para interpretar la realidad.
En síntesis, hoy en día las macrotendencias que operan son realmente interesantes. La información se duplica, diversifica y se mueve constantemente a nuestro alrededor. No se trata simplemente de más medios o incluso de más información, sino de un entorno casi abrumador de enorme acceso. De acuerdo con el autor Rosen (2010) la brecha generacional entre los padres e hijos de esta generación i se ha profundizado. Mientras los adultos utilizan la tecnología con un propósito, por ejemplo ingresar a internet para consultar el correo electrónico o adquirir un teléfono inteligente para recibir información de su trabajo sin importar en qué lugar se encuentren, los niños de la Generación i permanecen las 24 horas del día conectados y la tecnología se convirtió en algo inherente a sus vidas, en un elemento esencial de su existencia. Es labor del docente y padres enseñar y desarrollar en los estudiantes e hijos el pensamiento crítico para lo largo de vida.