Enseñar es una habilidad que requiere tiempo y paciencia para perfeccionarla. Por lo que, muchos docentes se sienten frustrados cuando la autoeficacia se ve amenazada por políticas cuestionables y nuevas iniciativas tecnológicas, particularmente durante una pandemia se ha podido observar este tipo de emociones. No obstante, tener un conjunto de estrategias pedagógicas confiables puede ayudar a mantenerse estable, incluso bajo presión extrema.
En las instituciones educativas donde se implementa el coaching, parte del trabajo inicial es involucrar a los líderes en caminatas de aprendizaje para ver qué sucede en las aulas antes de invertir tiempo y recursos para diseñar el desarrollo profesional (PD). Las aulas siempre serán la incubadora de lo que se necesita en educación. Es un desafío para los líderes educativos mantenerse al tanto de lo que sucede en sus planteles si no están interactuando con los docentes en las aulas o escuchándolos. Estas miradas también permiten a los líderes recomendar herramientas y prácticas apropiadas para empoderar a los docentes.
Actualmente, se puede observar que muchos docentes de aula no siempre ven cómo la evaluación impulsa la instrucción o la alineación entre la evaluación sumativa, las metas de aprendizaje, la evaluación formativa y las estrategias/andamiajes de enseñanza. Por ejemplo, un cambio de carrera que no participó en un programa de preparación o un docente cuyo programa de preparación incluyó muy pocos ejemplos de instrucción puede no tener un conjunto de estrategias pedagógicas a su disposición para planificar y facilitar la instrucción. Es pertinente recordar, que no existe una sola manera de enseñar. No obstante, las lecciones diarias deben tener fluidez y alineación.
Los docentes deben tener fluidez y una reserva de estrategias confiables que dominen. Estas estrategias deben ser parte de los métodos para abordar los problemas diarios de la instrucción con flexibilidad para afrontar los imprevistos. Una herramienta de planificación y un marco para mapear la instrucción hacia atrás pueden ser útiles para mantener la alineación sin importar lo que encuentre en el día de instrucción. Los docentes pueden adaptar la herramienta durante las lecciones o proyectos. La cual, es muy útil para los educadores que quizás no entiendan cómo reescribir los estándares en metas de aprendizaje o para aquellos que quizás necesiten un repaso sobre el andamiaje y la creación de alineación educativa.
En síntesis, obtener información de la evaluación formativa ayuda a establecer los andamios y las intervenciones adecuadas. Los estándares a menudo se confunden con los objetivos de aprendizaje. Los estándares son el contenido y las habilidades que los estudiantes necesitan saber al final del año escolar. Los objetivos de aprendizaje son el contenido y las habilidades que los estudiantes necesitan saber al final de una lección. Por ende, los Estándares en sí mismos normalmente no se pueden utilizar como objetivos de aprendizaje porque contienen múltiples objetivos, definiciones de conceptos, ejemplos y contexto.