Existen pruebas científicas, de que los rumores son rampantes en todos los niveles educativos. Un grupo de investigadores de una universidad en el Reino Unido en 2010 determinó que los rumores en realidad constituyen la mayoría de las conversaciones sobre el comportamiento de los compañeros hacia terceros.
Por ello, la manera más eficaz de educar a las personas para que sesén los rumores en las aulas de clases y en la vida cotidiana, son las siguiente:
- Si el estudiante tiene dificultades para jugar bien con los demás, no permita que juegue. Ubíquelo en otro grupo.
- Asegúrese de que los estudiantes sean amistosos y cooperativos.
- Pida a los estudiantes que juegue o realicen la actividad sin distraerse.
- Informe al estudiante que antes de crear rumores, debe asegurarse de que la situación sea lo suficientemente esencial como para involucrarse.
- No fuerce a los estudiantes a jugar o a realizar actividades con otros educandos. Deje que el estudiante elija a sus propios amigos.
- Indague de qué se queja los estudiantes con mayor frecuencia.
- No permita que el estudiante interactúe con alguien que lo moleste.
- Determinar si existe una razón legítima para que los estudiantes denuncien el comportamiento de los demás.
- Converse con los estudiantes sobre las formas de manejar las situaciones con éxito sin incluir los rumores.
- Asegúrese de que haya suficientes materiales de aprendizaje para todos los estudiantes para que compartir no sea un problema.
- Seleccione un compañero para modelar el comportamiento apropiado.
- Conéctese con los padres para difundir información sobre el progreso de los estudiantes.
- Redacte un acuerdo con los estudiantes que estipule qué comportamiento se requiere y qué el refuerzo se implementará cuando se haya cumplido el acuerdo.
- Elogie a los estudiantes por demostrar un comportamiento apropiado basado en la duración del tiempo.
- Construya reglas para el salón de clases.
- Converse con los estudiantes para explicar cuando un estudiante lo está haciendo mal.
- Considere usar una aplicación de gestión del aula.
- Considere usar una aplicación de manejo de comportamiento adaptativo.
En síntesis, para los adultos existe una línea bastante clara entre el rumor y contar a algo serio. No tanto para los niños pequeños, como han demostrado los estudios. En sus esfuerzos por frenar los rumores, es importante que los estudiantes conozcan que sigue siendo importante hablar cuando algo activa las alarmas, ya sea un comportamiento de intimidación o alguien está en peligro. Describa la diferencia para sus estudiantes y hágales saber a dónde acudir cuando sientan que necesitan “decirle” a un adulto que necesitan ayuda.
