Existen cuatro tipos diferentes de planes de estudios que los docentes deben abordar en el aula de clases; estos cuatro son: el explícito, implícito, nulo y extracurricular. El currículo más axiomático en el salón de clases es el currículo explícito, como, además, el extracurriculares el cual incluye actividades tales como: deportes, clubes banda o coro musicales, entre otros. Los currículos menos evidentes en las aulas de clases son el currículo implícito y el nulo, ya que es un tipo de contenido a la que los estudiantes no están expuestos.
A continuación, listaremos algunos ejemplos para ilustrar lo que implica cada uno de los tipos de estudio:
- Explícito: Se representa con un diseño intencional, es un plan comprobado en el campo por expertos, y ayuda a los docentes a facilitar la instrucción en el aula a través de los mapas curriculares, organizadores gráficos y materiales adicionales.
- Implícito: Se representa con un diseño oculto, en otras palabras, son lecciones que surgen de la cultura de la institución educativa, como, además, de los comportamientos, actitudes y creencias que ha definido la jurisdicción. Lo cual, ayuda al docente a conectar a la institución con la comunidad.
- Extra: Se representa con un diseño de oportunidades auxiliadas por la institución educativa y quedan fuera de los requisitos académicos. Por nombrar algunas actividades, tenemos: deportes, clubes banda o coro musicales, entre otros.
- Nulo: Se representa con un diseño de hechos específicos omitidos en una unidad de estudio particular. En otras palabras, es lo que no se enseña o no se considera para la enseñanza. Es el contenido que los estudiantes no aprender formalmente y no han sido incluidos en el currículo abierto de la institución.
En síntesis, el plan de estudios puede alcanzar diferentes significados según el propósito e interpretación. Enseñar con eficacia requiere la habilidad de un educador bien informado y experimentado. La enseñanza puede debatirse convincentemente como un arte o una ciencia o definirse colectivamente como un arte y una ciencia. Los diferentes enfoques y formas de enseñar hacen de la enseñanza un arte, pero el conocimiento necesario del material que se enseña hace de la enseñanza una ciencia. Una comprensión de la enseñanza como un arte y una ciencia permite a los educadores enseñar de manera más eficaz al proporcionar perspectivas sobre diferentes enfoques de enseñanza.
