La formación activa es un enfoque educativo que se centra en la participación activa de los educandos en su propio proceso de aprendizaje. A diferencia de los métodos tradicionales de enseñanza, donde los estudiantes son receptores pasivos de información, la formación activa involucra a los estudiantes de manera activa y colaborativa en actividades que fomentan la reflexión, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
Este enfoque puede incluir una variedad de técnicas y metodologías, como el aprendizaje basado en problemas, el aprendizaje cooperativo, el debate en el aula, el trabajo en grupos pequeños, las discusiones, las simulaciones y las actividades prácticas. En la formación activa, Stone (999) los estudiantes participan activamente en la exploración de conceptos, aplican sus conocimientos en situaciones reales y colaboran con sus compañeros para construir su comprensión del tema.
Por lo tanto, la formación activa se basa de acuerdo con Rios-Reyes (2023) en la idea de “que los estudiantes aprenden mejor cuando están activamente involucrados en el proceso de aprendizaje” (párr. 2) y tienen la posibilidad de emplear lo que han asimilado en contextos significativos. Este enfoque, asimismo fomenta el desarrollo de destrezas sociales y emocionales, como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la empatía, que son esenciales para el éxito personal y profesional.
En resumen, la formación activa es un enfoque educativo dinámico que empodera a los estudiantes, promueve la participación activa y fomenta un aprendizaje profundo y significativo.
Referencias
Rios-Reyes, R. (2023). Metodología activa participativa, concepto, características. https://epperu.org/metodologia-activa-participativa/
Stone, M. (1999). La enseñanza para la comprensión. vinculación entre la investigacion y la práctica. Paidos.
