✍UN MILAGRO EN EL AULA DE NAVIDAD | DOCENTES 2.0

Era víspera de Navidad, y la escuela estaba cerrada. Sin embargo, el maestro Tomás había decidido pasar la noche en el aula preparando actividades para sus estudiantes. La nieve cubría el paisaje y una calma especial envolvía el lugar. Mientras organizaba sus materiales, encontró una antigua caja de decoraciones navideñas olvidada en el rincón de un armario. Movido por el espíritu de la temporada, comenzó a decorar la clase con luces, guirnaldas y una pequeña estrella en la ventana.

A medida que trabajaba, Tomás recordó a cada uno de sus estudiantes y sus sueños. Sabía que muchos enfrentaban dificultades fuera de la escuela, y se sentía agradecido de poder ser una parte positiva en sus vidas. Pensando en ellos, comenzó a escribir cartas personales para cada alumno, con mensajes de ánimo y pequeños consejos, esperando que estos les recordaran que siempre había alguien que creía en ellos.

Mientras colocaba una carta en cada pupitre, escuchó una melodiosa risa que resonó en el aula vacía. Al volverse, vio a una mujer mayor, de aspecto amable y rodeada de una luz cálida. Ella se presentó como Clara, una antigua maestra que había enseñado en esa misma aula hacía muchos años. «Tomás, veo que dedicas tu tiempo y tu corazón a tus estudiantes», dijo ella con una sonrisa. «Quiero ayudarte a hacer de esta Navidad algo especial para ellos».

Intrigado, Tomás aceptó su ayuda. Clara le enseñó cómo crear un espacio que inspirara a los niños a soñar y a aprender. Juntos, idearon un rincón de cuentos, un área de proyectos creativos y una «ventana al mundo», donde cada estudiante podía dejar sus sueños de futuro. Clara le explicó a Tomás que, a veces, lo que los niños necesitan no son respuestas, sino sentir que pueden lograr grandes cosas y encontrar su propio camino.

A la mañana siguiente, los estudiantes llegaron y se sorprendieron al ver el aula transformada. Se emocionaron al encontrar sus cartas y ver el nuevo espacio que Tomás había creado para ellos. Los ojos de los niños brillaban con ilusión y curiosidad, y el ambiente se llenó de risas y entusiasmo. A lo largo del día, cada estudiante compartió un sueño o un deseo para el próximo año, mientras Tomás y Clara escuchaban atentamente.

Con cada historia, Tomás comprendió cuánto podían aprender sus alumnos si tenían un ambiente en el que se sintieran apoyados. Y en cada respuesta que daba, sentía que su enseñanza cobraba un nuevo sentido. Al final de la jornada, los niños hicieron una pequeña ceremonia en la «ventana al mundo», donde compartieron sus deseos para un mundo más justo, lleno de paz y oportunidades para todos.

Cuando cayó la noche y los niños se fueron a casa, Clara miró a Tomás y le dijo: “Recuerda, Tomás, la enseñanza es el mejor regalo que puedes dar. No siempre se trata de las lecciones en los libros, sino de las lecciones de vida que inspiran a los estudiantes a creer en ellos mismos». Con esas palabras, Clara desapareció, dejando a Tomás con una mezcla de asombro y gratitud.

Esa Navidad, Tomás comprendió que enseñar no solo era su trabajo, sino su vocación. Y al mirar las estrellas desde la ventana del aula, supo que había recibido el mejor regalo de todos: la certeza de que cada día podía inspirar a sus estudiantes a ser mejores personas y a perseguir sus sueños.

 


Ruth Mujica

Ruth M. Mujica-Sequera

Autor del Blog Docentes 2.0: Dra. Ruth Mujica-Sequera, es venezolana y está residenciada en el Medio Oriente desde el año 2011. Fundadora y CEO de Docentes 2.0 y la Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0. Ingeniero de Sistema con Doctorado en Tecnología Educativa y Posdoctorado en Ciencias. La Dra. Ruth Mujica-Sequera es la Embajadora Latinoamericana de la Tecnología Educativa - Embajadora Nacional de Venezuela reconocida por ReviewerCredits