La actitud y conducta del docente, sus creencias y expectativas sobre la capacidad y logros del educando, influyen de una manera determinante en la creación de un concepto académico positivo o negativo del estudiante. En el docente convergen expectativas y representaciones de él mismo y de los estudiantes. No es, neutro en el plano cultural. Su propio recorrido profesional, así como, sus medios socioculturales condicionan mucho las expectativas y representaciones que tiene del estudiante ideal.
El docente valorará a los estudiantes que se acercan más a su mundo mientras que subestimará a los que se alejan del mismo en actitudes verbales, del gesto y escritas interiorizadas rápidamente. La subestimación alcanza al individuo interiormente en la imagen que tiene de sí mismo. Esta observación desarrolla el tema llamado «Pigmalión» y subraya hasta qué punto las previsiones de los docentes pueden condicionar el comportamiento escolar de los estudiantes.
De acuerdo con los autores Rosenthal y Jacobson, este fenómeno se refiere al proceso por el cual las creencias y expectativas de una persona afectan de tal manera a su conducta que ésta provoca en los demás una respuesta que confirma esas expectativas. Los estudios realizados por Jordán ilustran claramente la tendencia del docente a catalogar e identificar a cada escolar por su cultura de referencia. La visión determinista del docente sobre los comportamientos y actitudes de un grupo social encasilla las conductas de los estudiantes, dificulta el aprendizaje escolar y la integración en el grupo de iguales e imposibilita que se establezcan relaciones de comunicación y relaciones positivas.
Finalmente, esta conducta pone trabas a la capacidad de transformación y enriquecimiento de la personalidad al que todo ser humano tiende a lo largo de la vida. Entre la ignorancia de la cultura de referencia y el encasillamiento hay que establecer, como respalda Marina Lovelace, una posición analítica que incorpore a la lectura las variables individuales: “No se puede crear el sentido de comunidad interracial sin el respeto a la individualidad y no se pueden desarrollar actitudes antirracistas sin entender otras culturas y establecer relaciones entre los diferentes grupos humanos e individuos que constituyen la sociedad. En definitiva, la comunidad interracial solo puede sustentarse sobre el desarrollo de la individualidad en su más amplio sentido”.
El docente juega un papel protagonista en cualquier cruzada contra el fracaso y abandono escolares. Lo cierto es que el hecho de que los estudiantes sean cada vez más heterogéneos por la presencia en las aulas de escolares de diferentes culturas, clases sociales, capacidades y motivación, hace mucho más difícil la tarea de enseñar. Por tanto, el esfuerzo del docente es mucho mayor que en el pasado, por ello es imprescindible fortalecer su trabajo e impulsar iniciativas en tres ámbitos principales: su formación, sus condiciones de trabajo y su desarrollo profesional.