Durante años, la educación ha respondido advirtiendo a los docentes comprometidos que deben generar contenido atractivo, pero se debe tener presente que el compromiso y la curiosidad son diferentes. Un docente comprometido puede muy bien ser curioso, pero esa curiosidad no es necesaria para el compromiso.
El compromiso es más que prestar atención, pero no exige un pensador capacitado que forje nuevas ideas con una mente abierta y preguntas relevantes. Esta es una distinción crucial. La curiosidad proviene de la experiencia pasada y el conocimiento actual, luego salta a medida que la neocorteza busca patrones que reconoce, luego se recompensa con dopamina cuando encuentra algo que entiende o busca entender, ramificándose a nuevos dominios, aplicaciones y oportunidades para transferir.
Por lo tanto, este es el desafío del diseño instruccional, el diseño de lecciones, el mapeo curricular, las plantillas de aprendizaje basadas en proyectos y cualquier movimiento moderno en los sistemas de aprendizaje progresivo. El sistema debe como mínimo, ser consciente de lo que tiende y no tiende a estimular la curiosidad, y cómo su excedente y ausencia pueden afectar la experiencia de aprendizaje en general.
La curiosidad puede verse, como parte de la persona en lugar de una especie de emoción cerebral. Es decir, en un estudiante, sus curiosidades únicas y sus patrones de autodirección buscan entender las cosas porque su cerebro quiere entender.
A continuación, listaremos algunas estrategias de como generar la curiosidad:
1. Modele la curiosidad en diferentes formas.
2. Integre la curiosidad en el núcleo del proceso de diseño instruccional.
3. Ayude a los estudiantes a ver sus partes o comprender sus causas y efectos.
4. Recompense la curiosidad. La gamificación es un buen enfoque.
5. Haga que la curiosidad sea personal. Exija a los estudiantes que elijan un tema para un ensayo, luego refine ese tema hasta que sea auténtico y personal para ellos.
6. Deje que los estudiantes lideren.
7. Enmarcar el contenido como un vendedor: como nuevo, controvertido, mal visto, entre otros.
8. Concéntrese en preguntas, no en respuestas.
9. Conecte lo que los estudiantes no saben con lo que hacen.
10. Salga de la escuela. Deje que el contenido se mantenga solo.
En síntesis, en las instituciones educativas se tiende a escolarizar las cosas para que trabajen en el aula. Esto a menudo significa que las cosas enteras, completas e interesantes pierden la esencia para que se pueda utilizar en un marco de tiempo como un formulario de evaluación. Por ende, al devolver parte del contenido a su estado más natural, se puede fomentar la curiosidad.
