Actualmente, para algunos líderes educativos les resultará difícil reconocer los errores. Bien sea por mantener una cultura, una mente estrecha o simplemente para evitar comentarios. Este tipo de líderes, no comparten sus debilidades, creen que tienen razón y siguen adelante sin importar sus decisiones, sin importar el impacto que tengan en otra persona.
Para las personas uno de los atributos humanos más ásperos es la autojustificación. Este es un mecanismo de protección que permite al líder liberarse de las dudas. Solo ven lo que desean ver e ignoran todo lo que contradice su punto de vista. Buscan argumentos que refuercen su posición. Entonces, ¿cómo pueden los líderes educativos superar esta disonancia? El líder educativo debe ser una persona parcial con los procedimientos de capacidad y los acuerdos de no divulgación, siguiendo el protocolo de la institución, pero asegurándose de que el proceso se mantenga lo más humano posible.
Hay dos estrategias de autojustificación: la autojustificación interna (SI) y la autojustificación externa (ES) (Holland, Meertens & Van-Vugt, 2002). La autojustificación interna se refiere a un cambio en la forma en que las personas perciben sus acciones. Puede ser un cambio de actitud, trivialización de las consecuencias negativas o negación de las consecuencias negativas. La autojustificación interna ayuda a que los resultados negativos sean más tolerables y generalmente es provocada por una disonancia hedonista. Además, la autojustificación externa se refiere al uso de excusas externas para justificar las acciones de uno.
Las excusas pueden ser un desplazamiento de responsabilidad personal, falta de control personal o presiones sociales. La autojustificación externa tiene como objetivo disminuir la responsabilidad de uno por un comportamiento y generalmente es provocada por una disonancia moral. Utilizando la justificación de los conductores de automóviles hacia la contaminación ambiental como ilustración (Holland, Meertens y Van-Vugt, 2002).
Incrementar la conciencia multicultural también es esencial para los líderes organizacionales. En un entorno global, el aprendizaje y la comprensión de otras culturas es un factor esencial.
En síntesis, la autojustificación es alimentada por la disonancia cognitiva o la tensión que sienten las personas cuando dos valores o creencias que poseen son incongruentes, desciende en la autojustificación para reducir la tensión. Por ende, uno de los obstáculos más comunes al que se enfrenta las instituciones educativas es: la mala información sobre las dimensiones culturales (por ejemplo, distancia de poder, evitación de la incertidumbre, individualismo versus colectivismo y masculinidad versus feminidad).