Desde muchas décadas, miles de personas vienen practicando diversas técnicas meditativas, transmitidas por religiones y tradiciones espirituales. En la actualidad, Mindfulness es el denominador común que se encuentra en la base de diferentes corrientes de meditación derivadas de la tradición budista y que actualmente se han incorporado a diversos modelos de tratamiento en psicoterapia.
Mindfulness es la traducción al inglés del término pali “sati”, que implica conciencia, atención y recuerdo. La traducción al castellano de mindfulness no tiene un estándar, ha sido traducido como atención plena o conciencia plena, muchos autores prefieren utilizar el vocablo inglés mindfulness. El interés del mindfulness no se limita el campo de la psicoterapia, también está despertando enorme interés en la investigación básica, especialmente en neurofisiología, y asimismo en la educación, ya que la práctica del mindfulness se perfila como una poderosa herramienta educativa.
Las definiciones de mindfulness son variadas, la gran mayoría tienen en común la observación de la realidad en el momento presente con aceptación. Además, se puede utilizarse para referirnos a tres situaciones: un constructo, una práctica y un proceso psicológico. Como constructo tiene múltiples definiciones, todas centradas en la experiencia del momento presente con aceptación y sin juzgar. Asimismo, puede ser relacionado con otros constructos como metacognición, conciencia reflexiva y aceptación.
Como practica el mindfulness permite a profesionales, estudiantes y pacientes admitir cada uno de sus pensamientos y emociones, sean cuales sean, sin juzgarlos. Lo que esta técnica propone es entrenar a las personas a fin de que puedan identificar en cada instante sus propias sensaciones, emociones y pensamientos, tratando de sacarlas de la tiranía del lenguaje y, por lo tanto, del prejuicio y subyugación a las categorías y conceptos. Como proceso psicológico, supone focalizar la atención en lo que se está haciendo o sintiendo, para ser conscientes del devenir de nuestro organismo y conductas.
Los componentes del mindfulness, que provienen del zen son los siguientes:
- Atención al momento presente.
- Apertura a la experiencia.
- Aceptación.
- Dejar pasar.
- Intención.
En síntesis, Mindfulness prepara al estudiante para despertar la curiosidad, la autonomía, el descubrimiento, la experimentación y el desarrollo de emociones positivas, aumentando su motivación hacia el proceso de aprender. Para su aplicación en el aula se practicar durante los primeros 5 minutos de clase basándonos en el control de la respiración, la atención a los sentidos (ver, escuchar, tocar) y la atención a las sensaciones (cuerpo, postura, mente). Estos ejercicios ayudan a los educandos a concentrarse en las labores, aumentando su rendimiento y motivación.
Entre los beneficios que proporciona la práctica de la atención plena a los estudiantes podemos destacar:
- Conciencia corporal.
- Autogestión emocional.
- Interacción social.
- Control del pensamiento
- Habilidades cognitivas
- Control del estrés.