La capacidad para aprender tiene mucho que ver con el aprendizaje de estrategias generales del pensamiento que nos permiten conocer, y buscar la información que necesitamos, en un momento dado, para resolver una labor o solucionar un problema. Esto implica que tan importante es saber cuál es la información que tenemos y como saber la que le falta.
Además, todo esto implica que para favorecer un aprendizaje continuo se necesita sobre todo enseñar al sujeto las capacidades que le permitan generar de manera incesante la información que va necesitando. Por lo tanto, podemos entender por estrategias de enseñar a pensar el aprendizaje de estrategias generales del pensamiento, que son objeto de instrucción. Esta instrucción puede y debe realizarse a través de las diferentes áreas del currículum, aunque puede aparecer explícitamente como objetivo en algunas de ellas.
La inteligencia es o no modificable, se registra en el viejo marco histórico de las discusiones entre genetistas y ambientalistas. Actualmente el tema no se plantea en términos disyuntivos “o herencia” “o ambiente”, sino en los del grado y forma que presenta su indiscutible interacción. Herencia y medio sí, pero ¿cuánto de una y de otra? ¿Cómo interactúan entre sí? Existen pruebas empíricas que ponen de manifiesto la modificabilidad cognitiva. Un requisito fundamental de esta modificabilidad cognitiva es al mediación o mediaciones instrumentales y sociales que usemos en el proceso de aprendizaje.
Algunos autores que han estudiado la adquisición del conocimiento han puesto mucho énfasis en la naturaleza constructiva personal del sujeto y cada vez más se reconoce la importancia de la dimensión social. El aprendizaje y el pensamiento tienen lugar en un contexto social, están influenciados por la cultura y el entorno histórico e institucional en el que se inscriben. El proceso de aprender a aprender presenta algunas dimensiones importantes que tienen que ver con “la cognición” y “la metacognición”. El término “cognición” es genérico y se refiere a procesos cognitivos específicos como atención, percepción, memoria, pensamiento, razonamiento, entre otros. El término “metacognición” hace referencia al conocimiento y control de los procesos cognitivos, como veremos seguidamente.
El entrenamiento cognitivo intenta desarrollar en el estudiante capacidades, procedimientos o estrategias que le permitan adquirir, elaborar y recuperar información o conocimiento. El entrenamiento metacognitivo pretende desarrollar en los educandos el conocimiento sistemático y deliberado de aquellas estrategias cognitivas necesarias para el aprendizaje eficaz, así como la regulación y control de tales estrategias. Un sujeto consciente de sus propios procesos cognitivos es un sujeto más activo, responsable y eficaz frente a los aprendizajes, en definitiva, más capaz de aprender a aprender.
En síntesis, el aprendizaje se define como cambios relativamente estables en la conducta del sujeto como resultado de la experiencia, y el objetivo consistía en establecer asociaciones entre estímulos y respuestas mediante la práctica. El enfoque cognitivo, por el contrario, pone el énfasis en los procesos internos del sujeto que aprende, resaltando el papel activo y responsable del mismo en su propio proceso de aprendizaje. La perspectiva cognitiva estudia las operaciones, procesos o estrategias que realiza el sujeto cuando aprende, es decir, cuando adquiere, organiza, elabora y recupera conocimientos.