Los seres humanos, al igual que muchos otros seres vivos, especialmente los mamíferos, nacen con la capacidad de tener emociones. Se habla de emociones básicas, aunque no todos los científicos están de acuerdo, con la clasificación de seis emociones básicas, las cuales son: tristeza, alegría, miedo, ira, aversión y sorpresa.
Las emociones, tal como se presentan a los seres humanos están constituidas por un estado fisiológico y una vivencia mental. Se suele hacer una diferencia entre emoción y sentimiento, considerando a la emoción como lo más elemental: una reacción fisiológica, con una vivencia que puede ser intensa, pero breve. El sentimiento, como derivado de la emoción, es un estado emocional a más largo plazo y con vivencias más duraderas y complejas. Ante una situación o conflicto, lo normal es que se dispare una respuesta emocional en la conducta, ya sea en busca de algo que se desea o en rechazo de algo que no deseado. El mecanismo de las emociones básicas está ahí, en el organismo, genéticamente programado, como un recurso significativísimo para relacionarse con el medio.
No obstante, se llama inteligencia a la capacidad que un ser vivo tiene de resolver problemas por medio de acciones que no están programadas de modo instintivo. Para que una conducta produzca un resultado de aprendizaje (conducta aprendida) es preciso que se adquiera antes por sí mismo o con ayuda de otros. El ser humano, es el animal más capacitado en la adquisición de conductas nuevas, por tanto, se puede decir que es el animal más inteligente. A distintos niveles muchos seres vivos tienen algún grado de conductas aprendidas.
La conducta aprendida es método muy potente de aprendizaje y en el ser humano está multiplicado exponencialmente por la especial capacidad simbólica de la inteligencia humana: aprendemos por observación e imitación directa de lo que hacen familiares, amigos, docentes, terceras personas, entre otros. La inteligencia por tanto hace posible que adquiramos destrezas y conocimientos por aprendizaje. Es en la corteza cerebral donde se encuentran, entre otras, las funciones del pensamiento y del lenguaje. Podemos usar símbolos porque pensamos. Pensar supone usar imágenes mentales recordadas o inventadas para representar el mundo.
En síntesis, esta importante cualidad que tiene el ser humano le permite predecir el futuro, es decir, hacer suposiciones sobre las consecuencias de lo que ve y de lo que hace, y trabajar con esas suposiciones en la mente. Con el pensamiento hacemos tres operaciones básicas:
- Usamos imágenes recordadas de lo que hemos conocido.
- Construimos conceptos para identificar en conjuntos nuestras imágenes.
- Razonamos.
Los humanos se interesan con su inteligencia pensante por aquello que les motiva, es decir, por aquello que directa o indirectamente se relaciona con algo que les ayuda a sobrevivir o a vivir mejor.