El avance de la tecnología y su rápida aceptación, genera que varios escenarios que hace algunos años parecían inesperados, hoy se encuentren en el terreno de lo posible. Sobre todo, ahora, cuando empieza a surgir la certeza de que muchos sistemas y protocolos que usamos no fueron diseñados considerando la seguridad, porque no fueron creados para ser conectados a Internet.
Estamos en un momento importante, en el que el mundo tecnológico está cambiando profundamente, lo que tiene implicaciones en el entorno, las relaciones entre las personas, en los trabajos, entre otros. En este contexto, la información se convierte en la principal materia prima de los servicios digitales y asimismo se convierte en un recurso que hay que controlar. Llama la atención, que la mayoría de los usuarios siguen recurriendo al antivirus como herramienta principal y a veces única, para confiar en su seguridad, lo que es ahora completamente insuficiente.
Otras tendencias como la computación en la nube, según la cual la computación y el almacenamiento de datos, se producen de una forma desajustada con el espacio físico en el que se entrega el servicio, supone un importante desafío al cruzar la información las barreras transnacionales y con ello, estar sometida a diferentes legislaciones, algunas de ellas menos restrictivas. La inestabilidad y utilización masiva de apps igualmente genera una corriente continua de datos entre los que se incluye la geolocalización, que, combinados, pueden suponer problemas importantes para la privacidad de los usuarios.
Nos encontramos ante una sublevación. Una sublevación que inquieta a todo el ecosistema relacionado con la sociedad de la información y que requerirá la implicación de todos para encontrar las mejores alternativas. Queda claro, que el enfoque actual y las medidas que se están llevando a cabo en materia de seguridad y privacidad son insuficientes en el nuevo entorno digital que empieza, por lo que tenemos ante nosotros el reto de concienciar e involucrar a actores de diferente naturaleza y con distintas metas como usuarios, empresas tecnológicas, empresas finales y Administraciones.
En síntesis, en la actualidad estamos viviendo un cambio, gracias a la generalidad del uso de Internet, la digitalización de la economía a todos los niveles y la aparición de nuevas tecnologías, como la automatización en la nube. Una sublevación más que una evolución, una transformación global de la economía en la que los datos y la información son la nueva materia prima. Los usuarios, son capaces de darse de alta de forma inmediata, relacionarse con las Administraciones, interaccionar entre ellos, muchas veces implicando transacciones económicas, sin salir de su comodidad y utilizando en muchas ocasiones las contraseñas como única forma de garantizar la identidad.