La expresión inglesa Service-Learning (Aprendizaje-Servicio) es un enfoque educativo con actividades servicio. Este permite que los estudiantes aprendan mediante la participación activa de experiencias de servicio organizadas para adquirir conocimientos, siendo integradas en el currículo académico, y a la vez cubriendo las necesidades sociales.
Este enfoque trata de una dar una educación de manera experiencial en la que los estudiantes se comprometen en actividades de ayuda a la comunidad al tiempo que facilita el aprendizaje de una asignatura y el desarrollo de competencias profesionales. La idea del APS no reside en cada una de las partes que lo componen, sino en vincular estrechamente servicio y aprendizaje en una sola actividad educativa coherente y con una estructura sólida.
El APS al igual que cualquier metodología presenta unas ventajas e inconvenientes. Según Roser Batllé (2006), estas son algunas de las ventajas que presenta:
1. El aprendizaje mejora el servicio, lo que se aprende se puede transferir en forma de acción y permite prestar un servicio de calidad a la comunidad.
2. El servicio mejora el aprendizaje, lo motiva y dota de sentido, le aporta experiencia vital y permite extraer nuevos aprendizajes. Si se tiene en cuenta el impacto pedagógico del APS, un gran número de autores se dirigen a conocer sus efectos sobre los estudiantes.
3. Los estudios dirigidos a medir los efectos al nivel de desarrollo personal evidencian que la implicación activa de los alumnos en la respuesta a las necesidades de la comunidad refuerza la imagen de sí mismos, la autoestima y la percepción de autocompetencia.
Algunos aspectos que pueden resultar negativos a la hora de desarrollar un proyecto de APS:
1. Esta metodología se le añaden más elementos a un ya sobrecargado currículum, ocupa horas fuera del horario lectivo para contactar con las organizaciones con las que desempeñamos el proyecto y además de la necesidad de crear un sistema de evaluar a los alumnos fuera del aula.
En síntesis, el APS entiende que la educación en valores supone partir de situaciones problemáticas y enfrentarse a estos retos desde la experiencia directa, a través de las herramientas que nos brinda la inteligencia moral y con la ayuda de la cultura moral.