En la actualidad, la sociedad se cuestiona ¿cómo será el regreso a las actividades de la vida diaria, luego del confinamiento? El ámbito educativo no está libre de esta interrogante, en algunos países del mundo han comenzado o están por emprender el nuevo año escolar, la mayoría a continuado con la educación virtual. No obstante, este regreso ha despertado muchas emociones en todos los involucrados del proceso de enseñanza-aprendizaje, por ejemplo: Miedo, frustración, preocupación, pánico, alarma entre otros.
Por ello, tanto los padres como los docentes necesitan cambiar el enfoque en este momento para concentrarse en los aspectos emocionales básicos antes que en los académicos. Los educadores enseñan a las personas, no a las componentes. Y cuando pueden centrarse en apoyar el bienestar primero, el aprendizaje puede tener la oportunidad de ser enriquecedora.
Cuando emociones como la alarma y frustración se hacen presente en el interior de las personas, surgen comportamientos desafiantes. Y estos comportamientos hacen que sea más difícil el aprendizaje significativo en los estudiantes. Por lo tanto, es necesario que tanto los docentes y los estudiantes puedan liberar ansiedad, frustración, miedos que puedan estar experimentando de manera saludable.
Algunas estrategias efectivas para sentirse seguro son el manejo de las relaciones, el ritmo académico y la liberación de emociones. Cada uno de estos puede marcar la diferencia por sí solo, pero cuando se armonizan pueden crear una increíble sensación de seguridad emocional y esto ayudará tanto a los docentes como a los estudiantes.
Durante este tiempo emocionalmente turbulento, los docentes deben relacionarse con invitaciones conscientes para que los estudiantes se sientan conectados. Esto podría significar actividades especiales de saludo al comienzo de cada día y actividades más entretenidas. Se pueden crear nuevas rutinas que cuenten con colaboración y orientación que permitan canalizar de manera preventiva esta energía emocional. Deben crearse actividades donde se ponga en práctica el pensamiento crítico, es liberador reflexionar y expresar los sentimientos de una manera natural, ya sea a través de la música, movimiento físico, historias, narraciones, escritura, poesía, teatro, arte o incluso simplemente al aire libre. Todas estas salidas son actividades poderosas porque nos ayudan a acercarnos a los sentimientos y a experimentar una sensación de liberación y descanso emocional.
En síntesis, regresar a las actividades diarias, durante este periodo académico no será fácil. Los docentes deben ser creativos y pensar fuera del aula, cambiar la atención a los asuntos emocionales ayudará a los estudiantes y docentes a sentirse seguros. Esto es lo que preparará el escenario para que suceda el aprendizaje significativo, cuando los educandos estén listos.