De acuerdo con la teoría de los estilos de aprendizaje, una persona visual aprende mejor interactuando con contenido visual, el auditivo aprende mejor escuchando contenido, el lector/escritor aprende mejor cuando lee o escribe contenido, y el kinestésico aprende mejor manipulando físicamente contenido nuevo o moviéndose de alguna manera.
Los estilos de aprendizaje fueron reconocidos en el año 334 a. C. por Aristóteles, quien defendió que “cada niño poseía talentos y habilidades específicas” (Reiff & NEA, 1992). Desde entonces, los futuros investigadores han elaborado sus propias teorías sobre el aprendizaje. Vygotsky opinaba que el aprendizaje es social y Piaget entendía que el desarrollo cognitivo es un precursor del aprendizaje. Gardner plantea que los estudiantes pueden categorizarse como una combinación de distintos estilos de aprendizaje (visual-espacial, corporal-kinestésico, musical, interpersonal, intrapersonal, lingüístico y lógico-matemático). Fleming desarrolló el VARK (visual, auditivo, lectura/escritura y cinestésico) para determinar la preferencia de los estudiantes en la manera en que absorben y comparten información.
Algunos investigadores, creen que el movimiento de autoestima «Everyone is Special» en los años 80 y 90, es el responsable de la concepción actual de los estilos de aprendizaje que persiste en la educación moderna. Hoy en día, los líderes educativos se preguntan si los programas de formación docente están promoviendo la idea. Las investigaciones sobre estilos de aprendizaje demuestran que la mayoría de los docentes repiten las estrategias que sus propios docentes implementaron en su experiencia personal.
Actualmente, los estudios sobre neurobiología sugieren que, a medida que las personas aprenden, el cerebro está constantemente conectado y reconectando conexiones; este fenómeno del cerebro se llama neuroplasticidad. En otras palabras, el cerebro (software) se actualiza constantemente, lo que significa que la manera en que aprendemos también evoluciona constantemente. El hombre, exactamente, utiliza una combinación de facultades auditivas, cinestésicas, visuales y de lectura/escritura para aprender, de acuerdo con el propósito, motivación y audiencia. Es posible que las personas aprendan de manera diferente según el nivel de complejidad de navegación del cerebro.
Aprender no es tan simple, por lo que la educación digital invita a facilitar el aprendizaje multimodal, planeando involucrar a los diferentes estilos de aprendizaje para interactuar con el contenido. Para así alcanzar, que los educandos retengan la información a través de palabras, imágenes, sonidos, animaciones ya que las personas retienen más cuando se evita la redundancia.
En síntesis, antes de planificar una clase el docente debe conocer qué estilos de aprendizaje poseen los estudiantes en el aula, para así emplear las herramientas, actividades, interacciones, técnicas, materiales y metodologías adecuadas para que el aprendizaje sea fluido, eficaz y significativo. El concepto de estilos de aprendizaje desafía a los docentes a brindar a los estudiantes múltiples vías para interactuar con contenido de manera significativa a través del aprendizaje multimodal.