El aprendizaje es un proceso arduo en el que participan infinitos factores biológicos, personales, socioculturales y ambientales. Por ello, la investigaciones y prácticas basada en evidencia son necesarias dentro del ámbito educativo, dada la contribución de alto riesgo que puede hacer para preparar mejor a las próximas generaciones. Como la mayoría de los docentes conocen, la observación puede ejercer un rol vital para diagnosticar qué y cómo aprenden las personas. Por lo que, la teoría de Bandura sustenta que todas las conductas se aprenden a través del condicionamiento. Además, los conductistas enunciaron que todo aprendizaje es el resultado de una experiencia directa con el entorno.
Su teoría de Bandura agregó el componente social, demostrando que las personas aprenden una nueva información o comportamientos a través de la observación. Este tipo de aprendizaje es utilizado para ilustrar una amplia variedad de comportamientos. Es importante señalar, que no todos los comportamientos se aprenden de modo efectiva ya que los factores que se involucran pueden ejercer un rol en el éxito del aprendizaje social.
La teoría del aprendizaje social proporciona un vínculo significativo, sugiriendo que las personas aprenden unos de otros a través de la observación, imitación y modelado. Para que esto sea más efectivo, se deben considerar las cuatro condiciones establecidas por Fryling et al. (2011), y son las siguientes en el proceso de aprendizaje por observación:
- Atención: Para aprender, se necesita prestar atención.
- Retención: La competencia de extraer información es vital para el aprendizaje por observación.
- Reproducción: La práctica adicional conduce a la mejora y avance de las habilidades.
- Motivación: El refuerzo juega un papel importante en la motivación.
En síntesis, la teoría del aprendizaje social puede tener una serie de aplicaciones en el mundo real. El aprendizaje consiste en interactuar con el entorno y realizar un cambio permanente en el conocimiento o el comportamiento que mejore el desempeño humano (Driscoll, 1994). De acuerdo con Bandura, aprendemos al interactuar con otros en un contexto social. Observamos, asimilamos e imitamos el comportamiento de los demás cuando somos testigos de experiencias positivas o gratificantes (Nabavi, 2012).