El concepto de «paradigma» en la investigación fue popularizado por Kuhn en su obra «La estructura de las revoluciones científicas» (1962). Kuhn define un paradigma como el conjunto de creencias, valores y técnicas que comparten los miembros de una comunidad científica. En investigación, un paradigma no solo orienta la metodología, sino que también determina la forma en que se conciben los problemas de estudio. Para Kuhn, los paradigmas son los marcos conceptuales dentro de los cuales operan los científicos, y estos pueden variar ampliamente entre disciplinas.
El paradigma positivista, fuertemente influenciado por el filósofo Comte, se centra en la objetividad, la cuantificación y la búsqueda de leyes generales mediante métodos científicos. Según Comte, el conocimiento debe basarse en la observación empírica y la lógica matemática. Este paradigma considera la realidad como algo medible y objetivo, separado de las percepciones subjetivas del investigador. La influencia del positivismo en la ciencia ha sido enorme, especialmente en las ciencias naturales y sociales.
El autor Weber (1922) sostiene que, para entender los fenómenos sociales, es necesario comprender las motivaciones y significados subjetivos que los individuos les atribuyen. El paradigma interpretativo rechaza la idea de una realidad única y objetiva, proponiendo que el investigador explore las múltiples realidades y perspectivas de los sujetos de estudio.
El paradigma crítico, defendido por autores como Habermas, tiene un enfoque emancipador, buscando transformar estructuras de poder y promover la justicia social. En su obra «Teoría de la acción comunicativa» (1984), Habermas sostiene que el conocimiento debe servir para liberar a las personas de las opresiones y desigualdades. En este paradigma, el investigador no solo analiza la realidad, sino que actúa como un agente de cambio social, abordando temas de poder, ideología y desigualdad.
El paradigma pragmático, influenciado por filósofos como Dewey, promueve la flexibilidad metodológica y se centra en la resolución de problemas prácticos. Dewey (1916), sostiene que el conocimiento es valioso solo si puede aplicarse a la realidad. En investigación, este enfoque permite combinar métodos cualitativos y cuantitativos, ajustándose a los objetivos del estudio sin preocuparse tanto por las limitaciones paradigmáticas.
Cada paradigma de investigación influencia la selección de métodos, ya que cada uno propone una forma distinta de entender la realidad y el conocimiento. Según Lincoln & Guba (1985), los paradigmas determinan la forma en que los investigadores definen sus preguntas, seleccionan métodos y analizan los datos. Por ejemplo, mientras el positivismo favorece métodos cuantitativos, el interpretativismo se inclina por métodos cualitativos que capturen la subjetividad.
La ética en investigación también está condicionada por el paradigma que se adopta. Según Guba & Lincoln (1994) los paradigmas críticos e interpretativos, en particular, subrayan la importancia de la ética y la responsabilidad del investigador hacia los participantes. Para estos paradigmas, el investigador debe adoptar una postura ética que respete la dignidad y los derechos de los sujetos de estudio, evitando cualquier explotación o sesgo. Autores como, Lakatos & Feyerabend (1975), sugiere que la ciencia debería ser menos restrictiva, permitiendo una mayor diversidad de métodos y enfoques. Para Feyerabend, la libertad metodológica es esencial para la innovación y el avance del conocimiento.
Los paradigmas mixtos han emergido como una respuesta a la necesidad de flexibilidad en la investigación. Autores como Creswell & Plano Clark (2007) sostienen que los métodos mixtos permiten integrar lo mejor de los paradigmas cuantitativo y cualitativo. Este enfoque aprovecha la amplitud de los datos cuantitativos y la profundidad de los datos cualitativos para crear una visión más completa de los fenómenos.
En síntesis, los paradigmas no solo guían la elección de métodos y enfoques, sino que también moldean la forma en que los investigadores interpretan los resultados y contribuyen al conocimiento. Según Denzin & Lincoln (2005), comprender los paradigmas es fundamental para cualquier investigador, ya que estos marcos conceptuales permiten una investigación coherente y alineada con los objetivos y valores del estudio. La investigación actual es un campo diverso y en constante evolución, donde los paradigmas ofrecen una base sólida para la práctica científica y académica.
Referencias
Comte, A. (1853). The Positive Philosophy of Auguste Comte. Trübner & Co.
Creswell, J. W., & Plano Clark, V. L. (2007). Designing and Conducting Mixed Methods Research. SAGE Publications.
Denzin, N. K., & Lincoln, Y. S. (2005). The Sage Handbook of Qualitative Research. SAGE Publications.
Dewey, J. (1916). Democracy and Education. The Macmillan Company.
Feyerabend, P. (1975). Against Method. New Left Books.
Guba, E. G., & Lincoln, Y. S. (1994). Competing Paradigms in Qualitative Research. SAGE Publications.
Habermas, J. (1984). The Theory of Communicative Action. Beacon Press.
Kuhn, T. (1962). The Structure of Scientific Revolutions. University of Chicago Press.
Lincoln, Y. S., & Guba, E. G. (1985). Naturalistic Inquiry. SAGE Publications.
Weber, M. (1922). Economy and Society. University of California Press.