El liderazgo es un ejercicio complejo y que requiere de mucha destreza, habilidad y sobretodo una actitud determinada para tener éxito. El autor Graig Reed, en “The 7 secrets of Neuron Leadership”, plantea que existen 7 principios para un mejor liderazgo, y se basan en el relato de los antiguos griegos, que pueden ayudar a que los líderes sean estimados y respetados por sus coagentes.
Primer secreto: el principio de prosperidad
“Para prosperar debemos amarnos a nosotros mismos, siendo humildes y estando dispuestos a aprender”
Este principio trata del amor hacia nosotros mismos tal como lo definían los antiguos griegos con la palabra “philautia”. Ellos distinguían dos categorías en este “amor”:
1. Egoísta, que correspondería al tipo insano de auto-amor narcisista.
2. Desinteresado, reflejaría el intentar ser lo mejor posible y abrazaría el concepto de “philautia”.
Segundo secreto: el principio de la familiaridad
“Jugar a ganar tratando a cada uno como si fuese de la familia”
Los líderes deben aprender a tratar a todos, incluso a los que no nos gustan, con cariño y respeto independientemente de cómo los traten ellos. Para hacerlo se debe crear un vínculo emocional que conecte con los demás de una forma significativa con lo que conseguiremos generar equipos efectivos que trabajen duro y se diviertan con un fin común.
Para lograrlo no se debe olvidar que:
1.- Es beneficioso evitar el uso de la palabra “yo” y pensar más en términos nosotros. 2.- Es recomendable ofrecer oportunidades para que el equipo fortalezca los lazos entre sus miembros.
3.- El líder debe ser un ejemplo de “ludus” en todas las facetas de su ejercicio cotidiano.
Tercer secreto: el principio de generosidad
“Dar no para recibir sino para llenar nuestro corazón de alegría”
Adoptar este principio requiere el entender y el deseo de mostrar la forma de amor que los griegos llamaban “agape”.
“Agape” es un tipo de amor que se ofrece de forma incondicional, sin tener ninguna expectativa de respuesta. Se deb querer a las personas a las que lideramos y servimos como un ejemplo de cómo se deben amar entre ellas.
Algunas grandes empresas consideran al amor “agape” como algo prioritario en sus culturas en forma de compasión mutua.
Cuarto secreto. El principio de la pasión
“Sin pasión y propósito somos como veleros sin timón”
Adoptar este principio requiere el entendimiento y el deseo de vivir la forma de amor que los griegos llamaban “eros” y que se refiere a la pasión y el amor por la vida y el trabajo.
El movimiento del “Capitalismo consciente” define cuatro claves que pueden ayudar a las organizaciones y a sus líderes a trabajar en ese sentido:
1. Contar con un propósito significativo.
2. Mostrar una clara orientación hacia todos los grupos de interés.
3. Ejerce un liderazgo consciente.
4. Contar con una cultura consciente.
Quinto secreto: el principio del coraje
“Se necesita coraje para tener integridad y ser responsable “
Este principio está relacionado con la forma de amor que los griegos llamaban “philia” que reside en la amistad duradera que existe entre hermanos, compañeros y amigos. Para que se manifieste debe existir un nivel de integridad y confianza entre todos los miembros del equipo.
Los líderes necesitan coraje para llegar a ser un ejemplo de compasión y paciencia, pero tienen que ser conscientes de las consecuencias de actuar como “bullies” o sin consideración.
Sexto secreto. El principio de autoridad
“Los líderes que aman son mentores, conocedores y expertos no dictadores autoritarios”
Los antiguos griegos trabajaban una forma de amor que llamaban “storge”, que se encuentra fundamentalmente en la relación que se establece entre padres e hijos. Bajo su punto de vista un padre muestra lo contrario a amor si le protege del dolor y el esfuerzo.
El amor tipo “storge” aconseja sentar buenos ejemplos para que los demás los sigan y para ganar su respeto. Éste se debe conseguir no demandar. También, requiere una comunicación clara, firme y educada.
Séptimo secreto: el principio de la sabiduría
“La paciencia y la fiabilidad son los pilares de un gran liderazgo”
Los antiguos griegos llamaban “pragma” a un tipo de amor maduro y a largo plazo que se da entre personas que mantienen una relación durante mucho tiempo. Implica ganar sabiduría lo que requiere paciencia, experiencia y el deseo de escuchar a los demás.
El amor “pragma” es, por tanto, un amor práctico basado en la razón lógica, sentido del deber, compromiso y en la alineación con intereses mutuos a largo plazo.
En síntesis, los líderes que más cambios inducen, son aquellos que tienen una visión más inspiradora para el proyecto o empresa. Este es un punto al que la mayoría de empresas no han llegado, no sé si por exceso de humildad o desconocimiento, pero sin visión no hay entusiasmo, y sin entusiasmo no hay éxito.