Una de las principales preocupaciones de las instituciones educativas en la actualidad es hacer más atractiva y eficiente la oferta curricular para que los futuros egresados puedan enfrentar mejor el mundo que se encuentra en constante cambio. Hasta hace poco, las universidades preparaban a los estudiantes en términos de una carrera; pero en el contexto actual se puede reflexionar sobre una vida y muchas carreras. Ahora más que nunca, la relevancia de los estudios académicos y su utilidad es un reto al que las universidades deberían intentar dar solución.
El conocimiento por sí solo ya no es suficiente; necesita ser aplicado y utilizado en diferentes contextos de vida. Mientras tanto, se debe considerar el hecho de que los estudiantes han cambiado por el fácil acceso a la información y el uso de las tecnologías. El aprendizaje no ocurre estrictamente en el salón de clases o estrechamente relacionado con el educador. Por este motivo, se hace necesario enfatizar que las habilidades y competencias transversales (TSC) son habilidades aprendidas y probadas que comúnmente se consideran necesarias o valiosas prácticamente en cualquier tipo de trabajo, aprendizaje o actividad de la vida porque son para la acción efectiva “transversales”. En otras palabras, no se relacionan exclusivamente con ningún contexto particular de ocupación, disciplina académica, compromiso cívico o comunitario, sector ocupacional, grupo, entre otros.
De acuerdo con el autor Gordon et al. (2009) las competencias transversales en el currículo, identifica tres modalidades: (a) Añadiendo competencias transversales al currículo ya existente como nuevas materias o como nuevos contenidos dentro de las materias tradicionales; (b) Integrando las competencias transversales que sustentan todas las materias escolares o; (c) Haciendo que las competencias transversales formen parte de un nuevo currículo en el que se transforme la estructura tradicional de las materias escolares. Asimismo, la Unesco (2022) describe las competencias transversales en cinco dominios: (a) pensamiento crítico e innovador, habilidades interpersonales, habilidades intrapersonales, ciudadanía global y alfabetización mediática e informacional.
Por consiguiente, las competencias transversales destinadas al desarrollo, es un concepto pedagógico algo controvertido y poco interiorizado o entendido por los docentes en todos los niveles. Un proceso educativo basado en competencias supone traer el mundo real al aula, diseñar situaciones de aprendizaje centradas en la resolución de problemas, aprender colaborando, utilizar nuevas tecnologías y centrar el proceso didáctico en el aprendiz y el proceso de aprendizaje.
En síntesis, el enfoque que suelen elegir la mayoría de los docentes es el de integrar las competencias transversales dentro del estudio de diferentes materias. Existen disciplinas especializadas que están estrictamente relacionadas con ciertas especializaciones y, por lo tanto, son menos complementarias con otras. Por ende, el aprendizaje transversal se genera gracias a la libertad de elección que tienen los estudiantes en cuanto a las competencias propias de una determinada especialización, que no son complementarias a su formación ni a su formación como especialista en un determinado campo.