El concepto de resiliencia, se utiliza a menudo para identificar las características individuales de una persona. En un niño, la resiliencia puede aumentar debido a la influencia negativa del medio ambiente. No obstante, esto requiere esfuerzos especiales y orientados a objetivos por parte de docentes y psicólogos. De lo contrario, la resiliencia individual sigue siendo una manifestación importante pero única de la capacidad de un niño para triunfar a pesar de todo.
Actualmente, es importante la experiencia del desarrollo de la resiliencia individual, ya que no es una cualidad innata sino formada de una persona. Por otra parte, se conocen casos de existencia de organizaciones educativas que funcionan en condiciones sociales difíciles y, logran altos resultados educativos. Estas instituciones también se denominan resilientes. Por lo tanto, una institución educativa resiliente, se caracterizada por la capacidad de crear condiciones especiales que aseguren una alta calidad educación para los educandos.
El problema en el ámbito educativo, es que los estudios en el campo de la resiliencia escolar no han podido captar las características comunes, o las estrategias que muestran efectividad en situaciones difíciles. Esto significa, que existe diversos modelos de resiliencia escolar, debido a que las humanidades han tomado prestado el concepto de resiliencia de la física, donde se concibe como la capacidad de un objeto de restaurar su estado después del cese de la influencia externa, su estabilidad y elasticidad.
Para el autor Pemberton (2015) es la “capacidad de permanecer flexibles en nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos cuando enfrentamos trastornos en la vida o períodos prolongados de presión, de modo que salgamos de las dificultades más fuertes, más sabios y más capaces” (p. 2). Por consiguiente, al no tener un significado evaluativo inicial en relación con una persona, la resiliencia adquirió un significado positivo inequívoco como una cualidad que permite a algunas personas dejarse llevar por la vida y regresar más fuertes que nunca. En lugar de dejar que el fracaso los supere y agote su resolución, encuentran una manera de resurgir de las cenizas.
Usualmente, no se tiene en cuenta la estabilidad que caracteriza la capacidad opuesta de una determinada categoría de personas de continuar un estilo de vida asocial a pesar de todos los intentos del entorno por ayudarlas, sin intentarlo. Para cambiar la comprensión establecida de la resiliencia psicológica (social, académica, entre otras.), es necesario tener en cuenta que este fenómeno tiene una naturaleza similar, pero se diferencia por la direccionalidad opuesta (Movchan et al., 2021).
En síntesis, a diferencia de la recuperación o la resistencia, la reconfiguración es una parte esencial del proceso de transformación que el individuo experimenta cuando regresar a su camino original es difícil o impensable. Por ende, las instituciones educativas resilientes necesitan cultivar una actitud positiva. Un instituto con un fuerte sentido de responsabilidad a menudo lo demostrará a través de pequeños actos. El aspecto más importante de la responsabilidad dentro de una aula es la voluntad y la preparación para actuar. Esto se logra alejándose del ámbito del victimismo y la pasividad hacia la agencia activa.
Referencias
Movchan, I. B., Shaygallyamova, Z. I., Yakovleva, A. A., & Movchan, A. B. (2021). Increasing resolution of seismic hazard mapping on the example of the north of middle russian highland. Applied Sciences (Switzerland), 11(11) doi:10.3390/app11115298
Pemberton, C. (2015). Resilience: A practical guide for coaches. Open University Press.