Hoy en día, desde nuestra experiencia podemos señalar que el acceso a las Tecnologías de la Información y la comunicación (TIC) no depende del estado, gobierno o institución. Esto depende de la agudeza, aptitud y empoderamiento que tenga el docente a la hora de impartir una clase. Es muy frecuente oír, ver y hablar de que las TIC son una maravilla, algunos comentamos que ya la tecnología llegó para quedarse y la educación tradicional no será la misma en la nueva normalidad luego de la pandemia, como, existen otros docentes que sustentan que es una moda, una distracción o qué sirve un poco para innovar el quehacer pedagógico.
Por ello, insistimos que depende del ojo del observador. Actualmente, existen estudios que demuestran que un 86% piensan que son importante, un 96% creen que aumentan la participación del estudiante, un 89% creen que mejora el aprendizaje y un 92% sustentan que les gustaría utilizar más en el aula. No obstante, cuando observamos y realizamos estudios se aprecia que solo un 14% utilizan los recursos digitales a la semana, un 19% utilizan herramientas para desarrollar contenidos y un 11% están impulsando el 1:1 en las aulas de clases. Sin embargo, en tiempo de pandemia el docente tuvo que empoderarse. Si o si el educando debe utilizar la tecnología sino solo quedará para la historia y no podrá continuar.
En síntesis, tal como se sustenta en nuestras disertaciones y artículos, el docente debe trascender de la instrucción conductista a la constructivista, bajo un paradigma tecnológico que ya está consolidado en la educación digital.