
No obstante, el diseño por competencias intenta combinar el conocimiento conceptual con el aprendizaje de técnicas, destrezas y habilidades y con el planteamiento de ciertas actitudes para el desarrollo personal y profesional. Trabajar por competencias admite interrogarse la finalidad de los conocimientos que deseamos que aprendan los estudiantes. Además, ofrecer experiencias de integración y aplicación de los conocimientos que se adquieren, para que no sólo se conozca, sino que se comprenda como hacer y ser, para que aprenda resolver problemas, tomar decisiones y enfrentar situaciones, proporcionándoles una respuesta eficiente.
Todo ello, lo que se supone enfatizar las metodologías activas, donde hay que buscar información, seleccionar la oportuno, convertirla en conocimiento y aplicarla, con criterio, para solucionar problemas. No obstante, este tipo de diseños podría llevarnos a una confusión, a un conjunto de labores puntuales, poco relevantes y significativas que no sólo no desarrollarían la competencia, sino que expondrían al educando al riesgo de no adquirir los conocimientos necesarios para seguir aprendiendo a lo largo de la vida. De allí, la importancia de la selección de competencias sustantivas y de estrategias formativas, con soporte tecnológico, que contribuyan a su desarrollo.