Algunos autores se inclinan en que una verdad singular existe objetivamente. Tal como lo sustentan Meckler & Baillie (2003) lo que es más importante es que la búsqueda de esta verdad admite la certeza percibida y en consecuencia, como, además, la predicción y el control que se considera un resultado digno (Gill & Johnson, 2010). Por consiguiente, al aceptar que existe una realidad objetiva independientemente de la conciencia del actor, afirma que se puede acceder a esta verdad “objetiva” a través de medidas cuantificables de un fenómeno de evento desde una visión positivista (Gill & Johnson, 2010; Myer, 1997).
Una postura objetivista no se limita enteramente a métodos cuantitativos; el enfoque tiende a transformarse con la adición de positivismo cualitativo (Prasad & Prasad, 2002) o neoempirismo. Esto podría incluir una entrevista altamente estructurada o una encuesta con alguna respuesta cualitativa, pero restringida. Los investigadores que adoptaran una posición subjetivista refutan la premisa subyacente de los enfoques positivistas, considerándolos deficientes y proporcionando una representación delgada al preguntar sobre el fenómeno del evento. Aceptando la falsedad de la investigación normativa, en cambio, convocarían a los métodos que contribuyan a una mayor y más profunda comprensión.
Invertir en métodos que permitan investigadores para dar sentido al mundo, en lugar de realizar descubrimientos al respecto. Da una complejidad que rodea los resultados de los eventos, los académicos pueden simpatizar con Johnson & Duberley (2000) de que la búsqueda de la verdad es errónea. Los defensores de esta posición tienden a adoptar un enfoque pragmático de la investigación, aceptando que hallazgos serán ineludiblemente deficientes, pero, defender su virtud argumentando que, edifican un mundo menos inseguro (Powell, 2002).
Este compromiso con métodos más amplios vincula con la visión de Getz (2007), quien argumentó que, dada la composición del argumento, el evento comunidad de investigación debe adoptar enfoques fenomenológicos, incluida la hermenéutica, y observación participante, entrevistas en profundidad, y muestreo experiencial” (p. 422). Este argumento es coherente con la opinión de Holloway et al. (2010) quienes, en su defensa de la etnografía, abogó por la adopción de métodos más amplios y variados en investigación de eventos. Estos puntos de vista reflejan lo establecido por Easterby et al. (1991), que identifica el riesgo de utilizando enfoques demasiado bastos y mecanicistas para la investigación y descuidar la conciencia y autoconciencia en la composición humana, desencadena una subjetividad de respuesta.
En síntesis, se obtendría una comprensión más interpretativa si los investigadores adoptaran una pluralidad de métodos para generar una comprensión más holística. En él, la diversidad de perspectivas que habitan cualquier evento dado puede se puede obtener mejor a través de una interacción más amplia de métodos en lugar de un monismo de instrumentos singulares.
Referencias
Easterby Smith, M., Thorpe, R., & Lowe, A. (1991). Management research: An introduction. Sage.
Getz, D. (2007). Event studies. Elsevier
Gill, J., & Johnson, P. (2010). Research methods for managers (4th ed.). Sage.
Holloway, I., Brown, L., & Shipway, R. (2010). Meaning, not measurement: Using ethnography to bring a deeper understanding to the participant experience of festivals and events. International Journal of Event and Festival Management, 1(1), 74–85.
Johnson, P., & Duberley, J. (2000). Understanding management research: An introduction to epistemology. Sage.
Meckler, M., & Baillie, J. (2003). You can’t handle the truth: A response to Gioia and Lounsbury. Journal of Management Inquiry, 12(3), 299–303.
Myer, M. (1997). Qualitative research in information systems. MIS Quarterly, 21(2), 241–242.
Powell, T. C. (2002). The philosophy of strategy. Strategic Management Journal, 23, 873–880.
Prasad, A., & Prasad, P. (2002). The coming of age of interpretive organizational research. Organizational Research Methods, 5(4), 4–11.